martes, 16 de junio de 2015

Adidas, PUMA, Hugo Boss y los nazis.


Historia de Adidas y Puma: Dos hermanos enfrentados

Adolf "Adi" Dassler, de profesión panadero e hijo de un zapatero llamado Christoph, comenzó a fabricar su propio calzado en la lavandería de casa de sus padres, tras volver de la Primera Guerra Mundial. En los inicios de la década de 1920 fundó su primera empresa, la "Gebrüder Dassler Schuhfabrik". Poco tiempo después se uniría su hermano Rudolf Dassler. Producían zapatillas, pantuflas y calzado especial con clavos, para deportistas. Adolf era la mente artística, encargada de diseñar los diferentes modelos de calzado, y Rudolf se encargaba de las relaciones públicas. Sin duda, la catapulta que impulsó su negocio fue el fichaje de Jesse Owens, el atleta de origen afroamericano que destacó en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936, para disgusto de Hitler.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la fábrica de los hermanos Dassler, como muchas otras, fue destinada a proveer a la Wehrmacht (fuerzas armadas unificadas de Alemania desde 1935 a 1945). Los hermanos confeccionaron las botas militares que utilizó el ejército alemán. Pero no solo calzado salió de su fábrica, también se fabricó en sus instalaciones el famoso lanzagranadas alemán Panzerschreck. Rudolf, partidario de la causa nazi, se unió al ejército alemán para luchar en Sajonia. Adi se desentendió, quedándose en Alemania para proseguir con su negocio. A partir de ahí comenzaron las rivalidades entre hermanos. Al finalizar la guerra, con la derrota de Hitler, Rudi fue requerido para dar explicaciones por sus relaciones con el Partido Nazi y las Waffen SS. Estaba totalmente convencido de que su hermano le había delatado.


Enfrentados los hermanos, Rudi fundó su propia fábrica de calzado en 1948, la PUMA AG. En un primer momento llamó a su empresa "Ruda" (Rudolf Dassler), pero acabó poniéndole el nombre que ha durado hasta nuestros días. Adi Dassler reaccionó rebautizando el nombre de la firma original como Adidas AG (registrada el 18 de agosto de 1949). El nombre procede del de su fundador ("Adi" es el diminutivo de Adolf, y "das" la primera sílaba de su apellido).

Rudolf murió el 27 de octubre de 1974 de cáncer pulmonar. Su hijo, Armin Dassler, se encargó de llevar la empresa PUMA al nivel internacional y de prestigio que conserva hoy en día. Por su parte, Adi consiguió con su marca, Adidas, formar un gran imperio junto a su hijo  Horst Dassler. Este asumió la dirección de la empresa a la muerte de su padre (1978) junto a su esposa Käthe, convirtiéndola en sociedad anónima en 1989.

Hugo Boss: El sastre del ejército nazi

Hugo Ferdinand Boss (Metzingen, 8 de julio de 1885 – ibídem, 9 de agosto de 1948), fundador de la conocida casa de modas Hugo Boss AG, fue partidario del nazismo y llegó a confeccionar  los uniformes reglamentarios del ejército de Hitler en el periodo previo a la Segunda Guerra Mundial. Durante la guerra, creó los uniformes para las Waffen-SS y la Wehrmacht.

Tan convencido estaba Hugo Boss con la causa nazi, que se afilió al NSDAP, con el número 508 889 en 1931. En 1934 comienza a producir los uniformes paramilitares de las SA, SS y más tarde de la Wehrmacht y las juventudes hitlerianas. Gracias a su afiliación al partido nazi aumentó importantemente sus ganancias y pudo evitar la bancarrota en la Gran Depresión en 1931. Desde 1943 en sus talleres de Metzingen se utilizó como mano de obra a unos 180 trabajadores forzosos. Unas 140 mujeres judías de Francia y otras 40 traídas desde Polonia. Trabajaban bajo deficientes condiciones sanitarias y alimentarias, teniendo que hacer frente a un ritmo de trabajo agotador.


Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Hugo Boss fue procesado por un tribunal de la República Federal Alemana, debido a su participación en la organización nazi. Como castigo se le impuso un pago de 80 000 marcos alemanes.

Al morir Hugo Boss, en 1948, su empresa se dedicó a fabricar uniformes para el cuerpo de policía y los trabajadores de correos. Hasta 1970 no comenzaría a producir ropa destinada al público masculino.


jueves, 11 de junio de 2015

Los 300 de Don Pelayo


Hoy en día es de sobras conocida la batalla de las Termópilas, gracias a la película 300, basada en el cómic de Frank Miller. De esta forma mucha gente ha podido descubrir la historia de los 300 espartanos, que lucharon valientemente hasta la muerte contra el poderoso y temido ejército persa del rey Jerjes. Combatieron con honor contra 250.000 hombres, logrando frenar su avance. Pero lo que no todo el mundo conoce es la historia de los otros 300: los astures que lucharon en la batalla de Covadonga.

Como bien indica su nombre, el combate tuvo lugar en Covadonga (Asturias), en el año 722. Fue un enfrentamiento bélico entre el ejército de Don Pelayo y las tropas de Al-Ándalus, en el que resultaron vencedores los primeros. Aquella contienda daría inicio al período histórico denominado como la Reconquista.

Todo comenzó cuando los dirigentes astures, bajo el mando de Don Pelayo, se reunieron en Cangas de Onís (en 718) con la intención de rebelarse en contra del pago del jaray y el yizia (impuestos que les exigía el gobernante del norte peninsular, el bereber Munuza). Tras fracasados intentos de disolver a los sublevados, Munuza se vio forzado a solicitar refuerzos a Córdoba. Según las fuentes cristianas, el valí Ambasa envió un ejército de 180.000 hombres, al mando del general Al Qama.

Don Pelayo esperó con sus 300 hombres la llegada de las tropas rivales. Al igual que hizo el rey Leónidas en la batalla de las Termópilas, Don Pelayo aguardó en un lugar estratégico que restaría importancia a la enorme diferencia en cuanto al número de soldados. Se situaron en el estrecho valle de Cangas de los Picos de Europa, donde sus enemigos no dispondrían de espacio suficiente para maniobrar, resultando así reducida la ventaja que el número y la organización podrían otorgarles.


En aquel lugar se llevó a cabo la histórica batalla. El resultado fue la derrota del ejército musulmán, provocando el intento de huida de Muzuna. No lo logró, pues tanto él como sus tropas fueron asesinados. Don Pelayo había ordenado a un grupo combatientes que ocuparan la cueva de Covadonga. Desde allí atacaron a las tropas de Al Qama, que allí mismo encontró la muerte. Las fuerzas enviadas desde Córdoba sufrieron un importante número de bajas cuando se les vino encima un desprendimiento de rocas, posiblemente provocado por las tropas de los astures.


Como toda batalla épica, la de Covadonga va a caballo entre la realidad y la ficción. Típica historia sobredimensionada en la que se intenta magnificar a sus protagonistas. En estos casos es prudente tener en cuenta siempre que la Historia la escriben los vencedores, y eso mismo hace poner en duda su veracidad. Las crónicas cristianas hablan de un ejército musulmán de 180.000 hombres, pero lo cierto es que hoy en día los investigadores hablan de una cifra inferior a los 10.000. Dejando de lado a vencedores y vencidos, lo cierto es que resultó ser un capítulo importante en la historia de España. Los sucesos derivaron en la creación del Reino de Asturias, que a su vez desembocaría en la formación de otros reinos de orientación cristiana, y dando como resultado la constitución del Reino de España.


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25 Cosas que no sabías de la historia
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lunes, 1 de junio de 2015

Thomas Alva Edison: Las muñecas del terror



La primera vez que se utilizó un disco grabado, con la intención de entretener, fue en las muñecas creadas por el conocido inventor Thomas Alva Edison, en 1890.

Aquel juguete resultó ser todo un fracaso. Las niñas que las utilizaban quedaban al borde del trauma, al oír aquellas aterradoras voces salir de lo que parecían pequeños seres cobrando vida. Las grabaciones emitidas eran canciones de cuna que, lejos de ayudar a conciliar el sueño a las pequeñas, conseguían que no volvieran a dormir plácidamente durante algún tiempo.

Por los motivos que ya he comentado, además de por lo complejo de su funcionamiento (a pesar de que se accionaba dando cuerda en la parte posterior), su producción fue un auténtico desastre, apenas duró unas seis semanas. Debido a la primitiva tecnología de la época, era necesario recitar la canción cada vez, para grabarla en cada una de las muñecas.

En la actualidad, Robin y Joan Rolfs son los propietarios de las dos muñecas que se conservan hasta nuestros días. De una de ellas se ha logrado reproducir la grabación del disco. Esto ha sido posible gracias a la tecnología conocida como Irene (siglas en inglés de “Image, Reconstruct, Erase Noise, Etc.” o “Imagen, reconstruir, eliminar ruido, etc.”), desarrollada por el físico de partículas Carl Haber y el ingeniero Earl Cornell en Lawrence Berkeley. La grabación que se conserva está considerada como el registro más antiguo de una voz femenina.

125 años después de esa grabación se pudo escuchar la voz de una niña que decía lo siguiente (en inglés):

    "Había una niña pequeña, y ella tenía un rizo pequeño, justo en el medio de su frente. Cuando ella era buena, era muy muy buena. Pero cuando era mala, era horrible”

Terrorífico ¿Verdad?



A continuación os facilito una reproducción del sonido emitido por las muñecas. Es una lástima que haya perdido la calidad original, pero uno puede hacerse una idea de lo que pudo sentir alguna niña al accionar el mecanismo de aquella, ya de por sí, aterradora muñeca. A finales del siglo XIX, tumbada a oscuras, sola, en su cama, con la intención de conciliar el sueño.