miércoles, 11 de febrero de 2015

Origen de nuestro calendario

¿Por qué lo llamamos “calendario”?

El origen de la palabra viene de la Antigua Roma. Las calendas eran los primeros días del mes en el calendario romano. Las nonas eran los días cinco del mes y los idus el día trece (excepto marzo, mayo, julio y octubre en los que eran el día siete y quince respectivamente).

Primer calendario romano

Según la tradición, se le atribuía a Rómulo, fundador de Roma. Estaba configurado en diez meses lunares, por lo que tenía una duración de unos 304 días. El problema, como es evidente, era el desplazamiento de las fechas respecto a las estaciones. Una festividad de verano podía acabar celebrándose en verano, y así consecutivamente.

Los diez meses estaban denominados y organizados de la siguiente manera:

Martius (marzo): Primer mes del año, en honor a Marte, padre de los fundadores de Roma.
Aprilis (abril): Dedicado a Apru (Venus), diosa etrusca. Los etruscos tuvieron gran influencia en Roma.
Maius (mayo): Llamado así por Maya, madre de Hermes, diosa de la fertilidad.
Iunius (junio): Dedicado a Juno.
Quintilis (julio): Quinto mes.
Sextilis (agosto): Sexto.
Septembris (septiembre): Séptimo.
Octobris (octubre): Octavo.
Novembris (noviembre): Noveno.
Decembris (diciembre): Diciembre.

¿Empezáis a atar cabos? ¿Habíais caído en la cuenta, por ejemplo, de que septiembre viene de séptimo? El mes de marzo era el primero ya que era cuando se iniciaba la vida, comenzaba la primavera, por lo tanto, se iniciaba un nuevo año. Tenemos que tener en cuenta la importancia de la agricultura en la antigüedad y como influía en otros aspectos tales como este.

Pero, si pensamos bien, septiembre no es el séptimo mes sino el noveno ¿verdad? Eso es debido a que, por el momento, tenían diez meses en el calendario y no doce. 

Moneda con representación del dios Jano.


Añadimos dos meses a nuestro calendario

El calendario de doce meses se lo debemos a Numa Pompilio, segundo rey de Roma entre el siglo VIII y siglo VII a.C. Cansado del desfase entre las fechas y las estaciones, decidió buscar una solución, añadiendo dos meses más al calendario para cuadrarlo con el año solar. A los nuevos meses se les denominó Ianuarius (enero), en honor a Jano, y Februarius (febrero), en honor a Februus, dios de la purificación. Terminaban el año, por lo tanto, purificándose. 

¿Me he equivocado? ¿Enero y febrero al final? Sí, estos meses se añadieron, por pura lógica al final. El calendario pasó a tener 355 días.

¿Por qué enero y febrero están al principio en la actualidad?

La culpa de todo la tenemos los españoles y portugueses. Viriato, líder lusitano, emprendió una revuelta en Hispania con tal de expulsar a los romanos (año 154 a.C.). Era diciembre, y el cónsul, que debía desplazarse a la península ibérica para solucionar el problema, finalizaba su cargo en marzo, al empezar el año. Los cónsules eran nombrados por período de un año no renovable, y en esto los romanos eran muy estrictos. No tenía tiempo de cumplir su cometido en dos meses y el nuevo cónsul no podía hacerse cargo hasta marzo. Así que se les ocurrió adelantar el año, siendo enero el primer mes. Y así es como septiembre dejó de ser el séptimo mes.



¿Me dejo algo? Pues sí, un par de cosas muy importantes.

Todavía tenemos un calendario de 355 días y algunos meses tienen nombres extraños.

Julio César es el responsable del número de días del calendario actual. Siendo perfeccionista, como era, le encomendó al conocido astrónomo griego Sosígenes la tarea de hacer cuadrar las fechas con las estaciones en la mayor exactitud posible. Después de unos cálculos, Sosígenes llegó a la conclusión de que el año solar tenía un ciclo de 365 días y 6 horas. Debía, pues, añadir más días a los meses (hasta ese momento tenían 29, menos alguna excepción). Así, los meses pares pasaron a tener 30 días y los impares 31. Además, cada cuatro años se añadiría un día a febrero para completar el déficit de 6 horas anual en el calendario. No obstante. no se añadió al final sino el día 24. Ese día era denominado por los romanos “ante diem sextum Kalendas Martias”, así que en los años bisiestos el 25 se llamó “ante diem bis sextum Kalendas Martias”. Bis sextum, dos veces sexto, ¿os suena? Exacto, bisiesto. 

Por último, el nombre de julio, en sustitución a Quintilis, se dio en honor a Julio César tras su muerte. El mes de sextilis pasó a llamarse Augustus (agosto) siendo dedicado a Octavio Augusto. Al ser mes par tenía 30 días pero, para no estar en inferioridad con Julio Cesar, se le restó un día a febrero y se añadió a ese mes.

Quedaría solo matizar el tema del calendario gregoriano, pero no tiene más miga que la de una modificación religiosa en el siglo XVI, para establecer la semana santa después de la primera luna llena tras el equinoccio la primavera boreal.


5 comentarios:

  1. esta bacan felicito al autor de la investigacion

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias Carlos, por la parte que me toca. Personalmente, en este blog, tan solo transmito los conocimientos que en su día aprendí de otros, estudiando, leyendo, escuchando...

    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, me gusta leer esas curiosidades históricas y de misterio que planteas en esta web. Pero en cuanto a esta creo que has pasado muy de puntillas por una curiosidad histórica que engloba a la mayor parte del mundo y es el comienzo del año nuevo el día uno de enero.
      Ya no existe el pueblo de SEGEDA de la provincia de Zaragoza (ahora solamente son ruinas de lo que fueron su murallas, así como de NUMANCIA que se encuentra en Soria y muy cerca de lo que fue SEGEDA. Pues bien, históricamente pudiera empezar todo por viriato y los lusitanos, pero concrétamente se debe al intento de acabar con el pueblo de SEGEDA -de hecho acabaron con él- y posteriormente con NUMANCIA donde huyeron los supervivientes de las batalla que roma emprendió contra SEGEDA.
      Tanto Segedenses como Numantinos estarían hoy orgullosos no solo por haber plantado cara a ROMA durante tanto tiempo, sino por saber que su valentía hizo cambiar a Roma el calendario romano y posteriormente de las siguientes civilizaciones no solo para esas batallas sino para siempre.
      De todas formas como Zaragozano que soy siento orgullo de los que un día habitaron SEGEDA.
      Todo esto es histórico y os pongo un enlace donde está desarrollado mas amplia mente sin llegar a ser académico.
      http://bernalamarula.blogspot.com.es/2015/12/la-muralla-espanola-que-dio-inicio-al.html
      Recibe un saludo de Jesús García

      Eliminar
    2. Hola Jesús.

      Antes de nada, muchas gracias por tu comentario y gracias también por leer mi blog, es todo un placer.

      Lo cierto es que paso muy de puntillas por casi todos los temas. La mayoría de ellos darían para escribir un libro entero, o varios. De hecho, ya existen.

      Mi intención con este blog es la de acercar al lector a esas curiosidades históricas, misterios y otros datos parecidos.

      Como ya he explicado en alguna ocasión, se haría muy tedioso para algunos lectores extenderme demasiado y no dejarme nada en el tintero.

      Aprovecho para pedir disculpas, ya que como habrás podido notar tengo el blog parado. Esto se debe a que ahora mismo no dispongo de tiempo entre estudios, mi negocio, etc. Pero espero retomarlo en breve o, por lo menos, ir añadiendo algún post en la medida que pueda.

      Un saludo!

      Eliminar
  3. Tienes razón. Los comentarios muy largos suelen ser tediosos. Pero claro yo soy de Zaragoza y este tema me tocaba mas de cerca.
    De todas formas el que lea tu artículo supongo que acabará leyendo lo que yo he puesto y al final es como si lo hubieras puesto tu.
    REcibe un saludo, y te felicito por tus aportes.

    ResponderEliminar