domingo, 12 de julio de 2015

San Simeón el Estilita: Vida en lo alto de una columna



San Simón, Simeón el Estilita o también conocido como Simeón Estilita el Viejo para diferenciarlo de Simeón Estilita el Joven y Simeón Estilita III, fue un monje conocido por llevar a cabo una penitencia fuera de lo normal.

Simeón fue un monje asceta cristiano nacido en Sisan, Cilicia, (en lo que hoy es Siria) c. 390. De niño fue pastor, hasta la edad de 15 años cuando tomó la decisión de ingresar en un monasterio. Allí, en una ocasión, en el transcurso de la Cuaresma, decidió seguir los pasos de Jesús, y ayunó durante 40 días. Cuentan por ahí que, durante ese ayuno, rezó 14 días de pie, 14 sentado y los días que le quedaban los pasó acostado, agotado y medio desfallecido. El domingo de Resurrección el abad le encontró inconsciente. A su lado estaban los panes y el agua que le habían llevado. No había comido ni bebido nada. Simeón llevaba consigo un cilicio, artilugio del que se le considera el inventor. Al abad no le agradó que en su monasterio se alcanzara tal grado de penitencia, así que expulsó al monje para evitar que los demás tomaran ejemplo de sus prácticas.

Tras abandonar el monasterio, Simeón tomó la decisión de irse a vivir a una cueva del desierto, donde seguiría con su vida de penitencia. Al comienzo ordenó ser encadenado, para asegurarse de que no abandonaría el lugar, pero más tarde, dando muestra de firmeza, mandó retirar la cadena. En aquella época comenzó a convertirse en un personaje conocido, lo que produjo la atracción de masas de peregrinos que acudían a la cueva para solicitar tanto su bendición como consejos espirituales. Esto molestó enormemente a Simeón, ya que aquella situación le impedía llevar la vida de aislamiento y meditación que él buscaba.

Fue entonces cuando mandó construir una columna de 3 metros de altura, donde se subió con la intención de continuar con su penitencia. No fue suficiente, pues la gente llegaba de todos modos hasta él. Tampoco fue adecuada la que hizo construir después, de 7 metros de altura. Algunos peregrinos intentaban subir a la columna, para llegar hasta el monje. Llegados a ese punto, el Estilita ordenó construir una tercera columna, de la vertiginosa altura de 17 metros. Allí permaneció Simeón los últimos 37 años de su vida, lo que le hizo ganarse el sobrenombre de “el Estilita” (stylos es columna, en griego).


Falleció en el año 459 (se desconoce la fecha exacta) mientras rezaba arrodillado. Tras su muerte, Antioquía y Constantinopla se enfrentaron por la obtención de sus reliquias. Finalmente acabaron en Antioquía, donde se construyó un majestuoso edificio en su honor, con una su superficie similar a Santa Sofía en Constantinopla. Las ruinas de este edificio, conocidas en árabe como Qal at Siman (la Mansión de Simeón) pueden visitarse hoy en día.

Iglesia de San Simeón el Estilita, en Aleppo


No hay comentarios:

Publicar un comentario