lunes, 5 de abril de 2021

El origen del Juego de la Oca │ Griegos, Templarios, Médici y el Camino de Santiago




La Oca es un uno de los juegos más populares del mundo. Aunque su origen sea incierto, existen diversas teorías sobre cómo surgió la idea. Algunas de ellas con muchas bases, y otras aún por investigar en más profundidad.

La Oca es un juego de mesa para dos o más jugadores. Se juega lanzando un dado (aunque en algunas versiones se lanzan dos dados). El número del dado indica al jugador el número de avances que debe hacer con su ficha por el tablero. El recorrido se hace en forma de espiral con 63 casillas con dibujos. 

Dependiendo de la casilla en la que el jugador caiga podrá avanzar o, por el contrario, retroceder. Caer en algunas de ellas significa sufrir una penalización, tales como perder un turno o empezar de nuevo el recorrido. 

Desde la antigüedad, la oca es un animal asociado a la divinidad y a la protección, y así aparece representado por romanos, egipcios y celtas. Los investigadores barajan varias líneas de trabajo para explicar el origen del Juego de la Oca.


Grecia entre la adivinación y los juegos

La primera teoría ubica los orígenes del juego de la Oca en la antigua Grecia. Esta se basa en el descubrimiento del Disco de Phaistos, en 1908, en las ruinas del Palacio de Creta. Este disco está registrado en el periodo Minoico Medio III, Se estima que su antigüedad data de entre 1580 y el 1700 a C.

Alrededor de esta teoría hay una leyenda, que asegura que el juego fue creado por los guerreros griegos durante la guerra de Troya. Según esta historia, el príncipe Palámedes, hijo del rey de Eubea  y nieto de Poseidón, lo inventó para ganarle la batalla al aburrimiento durante el tiempo libre.

El disco de Phaistos está hecho de arcilla. Sus dimensiones son de 16 cm de diámetro y 2,1 cm de espesor. En este extraordinario plato están dibujadas unas espirales que se dividen en 30 y 31 casillas, decoradas con diversas ilustraciones. Lo curioso de estos grabados es que aparecen ocho pájaros, por lo que se puede encontrar una estrecha relación con las ocas. 

La oca, en la mitología griega, era considerada un ave solar, pues parecían seguir al sol en su cambio estacional, de invierno a verano.  

En las ilustraciones del disco de Phaistos también aparecen dibujados hombres, mujeres y niños, peces, flores, espigas, recipientes, armas, y barcos, La disposición en espiral y la existencia de 61 casillas (casi 63) es lo que ha hecho que diversos los investigadores relacionen este disco con el actual juego de la Oca. 

Es por es por ello, que algunos autores han señalado varias coincidencias con el juego de la Oca. Como que el puesto 31, donde finaliza la primera cara y en la que aparece un rosetón, es el equivalente a la casilla del pozo. Este sería el final de un circuito por una cara antes de pasar a la otra, es decir, la renovación en la fuente de la vida. 

Otra coincidencia es la de la casilla 58 en la que aparece una cabeza calva. Esta representaría a la muerte como en la misma casilla del juego de la Oca. 

Algunos arqueólogos afirman que este disco de juego no tiene nada, sino que debe tratarse más bien de un talismán utilizado para fines rituales. Sin embargo, otros investigadores sí que defienden que se trate de un juego de azar desarrollado por los griegos, y dándolo a conocer por el mediterráneo.

Por otro lado, se cree que el disco pueda guardar una estrecha relación con la adivinación, específicamente con la práctica de la alectomancia, una antigua forma de predicción por medio de un gallo. 

Tal práctica consistía en dibujar 24 casillas en el suelo, correspondientes al alfabeto griego. En cada una de ellas se dejaba un grano de trigo de cebada. En el centro trazado se ubicaba un punto neutro, donde se soltaba al gallo que rondaba las casillas para comerse las semillas. 

En el proceso de la ronda del gallo, se prestaba mucha atención al orden de las letras, que el pollo picaba. Y con ello se trataba de dar formar a frases que posteriormente serían interpretadas como respuestas por el oráculo. 

Uno de las predicciones más importantes que se le atribuyen a esta práctica es la del emperador Valente. Este quiso conocer quién sería el sucesor imperial. La respuesta que el oráculo le dio fue Theod. Poco tiempo después, el emperador Valente sería destronado por su sucesor Theodosio

Con el tiempo, la alectomancia pasaría de ser una práctica sagrada a un simple juego de azar y pasatiempo, como sucedió también con otros antiguos métodos de adivinación.




Un juego para guiar el Camino de Santiago 

Siguiendo el orden cronológico, la segunda teoría del origen del juego de la Oca es la que se le atribuye a los Templarios. Esta línea de estudio defiende que fueron estos monjes los creadores del juego, cuando comenzaron a utilizar las conchas del Nautilus con una finalidad cifrada y no lúdica como lo es hoy en día. Los investigadores explican que la Orden del Temple formulaba mensajes en clave, solo descifrables por algunos de sus miembros. 

Una de las razones para asociar el Juego de la Oca con las conchas de Nautilus utilizadas por los Templarios, sería la de sus 63 espacios distribuidos en espiral, similar a las 63 casillas del juego de mesa.



Los Templarios fueron una orden de caballeros al servicio del Papa, creada en 1118 como guardines de los Lugares Santos de Jerusalén. Sin embargo, con el tiempo su trabajo de salvaguardar las tierras sagradas se extendió a otros territorios, como el propio Camino de Santiago

Si bien, muchos de los tramos en la Península Ibérica aún estaban a manos de los musulmanes, los templarios tenían la misión de proteger los lugares santos, así como proteger a los peregrinos que hacían el viaje hasta Tierra Santa

Al igual que en la teoría griega, en este supuesto origen del Juego de la Oca, no habría una razón lúdica. Esto es debido a que la Orden del Temple tenía prohibido completamente el uso de los juegos como los Dados y el Ajedrez. 

La teoría de los templarios argumenta que el Juego de la Oca original fue diseñado por la Orden del Temple para servirles de guía. Esta, ayudaría a los nuevos peregrinos que viajaban desde Roma a Santiago a realizar esta ruta de manera segura. De ese modo, la ilustración del tablero representaría el propio Camino de Santiago.

Las ocas, serían los lugares seguros donde los Templarios podían encontrar refugio. Estarían ubicados en las localidades como Pamplona, Logroño o León.


En el tablero del Juego de la Oca existen la posada, que representa a los albergues.


Los pozos del juego representan las debilidades y malos días que aparecen a lo largo del trayecto. 


En el caso de las casillas del laberinto, simbolizarían las posibles pérdidas físicas (tanto físicas como espirituales). O, también, al extraviado en el camino.


Por último, el instrumento fundamental con el que jugamos: El dado (o dados). Simbolizan el azar que existía en el Camino, y los adelantos y atrasos que podrían ocurrir. 

Al diseñar su guía, los templarios usaron las marcas de cantero que los Maestros Constructores imprimían en las catedrales, puentes y edificios que levantaban. Estos eran los símbolos del caracol y la pata de oca. Actualmente, estos dos elementos son los más icónicos del juego de la Oca. La espiral que forma la concha del caracol la encontramos representada tanto en la casilla del laberinto como en la propia forma del tablero.

Una curiosidad hallada por los investigadores, y que guarda relación con la Orden del Temple, es la repetición del número 9 a lo largo del tablero:

Entre cada casilla de Ocas hay 5 o 4 casillas (5+4=9).

La casilla final es la nº63 (6+3=9).

Los fundadores de la Orden del Temple fueron un total de 9 personas.

En el tarot, el nº 9 es el peregrino.


Tanto la catedral de Santiago de Compostela, como sus edificios indexados,  fueron diseñados en torno al número 9, número que simboliza el trabajo acabado.

La basílica tiene nueve naves, separadas por sesenta y tres (63 = 6 + 3 = 9) pilares y columnas.

En la Catedral encontramos otras sesenta y tres (63) vidrieras que iluminan las nueve naves (9).

Antes de ser reformada la Catedral, había nueve capillas absidiales.

La parte del coro tendría setenta y dos (72 = 7 + 2 = 9) sitiales para canónigos y catedralicios.


Otra creencia relacionada, es la de que el origen del Juego de la Oca guarda relación con el analfabetismo de la época. La población educada era muy poca y para informar a los peregrinos se ideó este método, basado en ilustraciones. 

Los investigadores también señalan que la elección de la Oca no solo se debe al alfabeto del Temple, sino a su significado. El ganso representa tanto a la migración como la sabiduría.



El regalo de los Médici

Una teoría diferente, ubica los orígenes del juego en Italia, en siglo XVI. Una leyenda relata que el mecenas florentino Francisco I de Médici regaló a Felipe II uno de los primeros tableros que se conocen. Francisco I fue Gran Duque de Toscana desde 1574 a 1587. Los investigadores creen que el regalo fue dado a mediados de su mandato. 

El padre de Francisco fue Cosme I, descendiente de la casa de los Medici. Su madre Leonor Álvarez de Toledo, era hija de don Pedro Álvarez de Toledo marqués de Villafranca y virrey de Nápoles. 

En las investigaciones para rastrear los orígenes del juego de la Oca, se le ha hecho un seguimiento a Leonor, madre de Francisco I. Ello es debido al importante papel que jugó en la vida política del Ducado. Su influencia marcó el desarrollo de las artes, de las que fue una patrocinadora muy importante. Las investigaciones sobre su vida señalan que Leonor fue una infatigable viajera, con un acentuado sentido del humor y a la que le gustaba enormemente el juego. Afición que inculcó a su hijo Francisco. 

Francisco I contrajo matrimonio con Juana de Austria, hija de Fernando I, emperador de Austria y prima de Felipe II.  Es por ello que hay una relación muy cercana entre los Medici y los Habsburgo. En este contexto, se entiende claramente el regalo que le hizo Francisco a su primo Felipe.

Esta historia ha sido muy difundida, pero no se ha podido demostrar que ningún Medici regalase un juego de La Oca a Felipe II. Entre otras cosas, no se conserva ninguna muestra tangible del tablero regalado. La única afirmación de este hecho se encuentra en el libro Il giuoco de li scacchi de Pietro Carrera, publicado en Militello (Italia) en 1617.

El reconocido ajedrecista, cuenta que Francisco I de Medici había regalado a Felipe II de Habsburgo un juego titulado Il Nuovo e molto dilettevole giuoco dell'oca (Nuevo y muy divertido juego de la Oca). Sin embargo, el escritor no tiene registrada la fecha, por lo que nacieron algunas especulaciones, dadas las turbulentas relaciones ente Florencia y España a finales del XVI.

Por desgracia, del Nuevo y muy divertido juego de la Oca, no se conserva ningún ejemplar. Pero si se preservan otros juegos con ese mismo título.


La Corte española y su juego más popular 

Otra opción, a la hora de rastrear los orígenes de la Oca, nos dirige a 1587, cuando en Madrid se publica el libro Filosofía Cortesana Moralizada, de Alonso de Barros. Esta publicación contiene una serie de consejos en verso para quienes quisieran probar fortuna en la corte española

El libro señalaba las habilidades que debía tener el aspirante: como la paciencia, la adulación o la diligencia. Asimismo, también advertía sobre los peligros que podía encontrar en la corte: como la mudanza de ministros o la falsa amistad. 

Lo curioso viene cuando observamos unas instrucciones escritas junto a un tablero, pintado en sus hojas. Este juego es claramente una versión del Juego de la Oca. 

Del libro se conservan tan solo dos ejemplares buen estado. El primero, en la Universidad de Cambridge. El otro, de una edición posterior, impresa en Nápoles en 1588, se encuentra en la Biblioteca nacional de Viena

En cuanto al tablero, al estar confeccionado en papel pintado, desgraciadamente en ninguno de los dos casos se mantiene en buenas condiciones. Sin embargo, las instrucciones del libro aún se conservan. Estas contienen las descripciones de las casillas y explicaciones detalladas de las reglas del juego. El juego tenía, curiosamente, 63 casas, o casillas. 

El libro también detalla los diversos sucesos en el tablero como: “la Buena Fortuna”, que hace volver a tirar los dados dos veces más; “la Mudanza de Ministros”, que hace retroceder a la casilla 15; o “la Muerte del Valedor”, que hace volver a la casilla inicial. 

La similitud con el juego de la Oca es tan evidente que muchos investigadores concluyen que Alonso de Barros debió inspirarse en él para escribir su libro. 

Alonso de Barros explica, en el libro, que el juego va dirigido a aquellos “…. a los que, por elección, o por necesidad, pretenden ser acrecentados, sepan los principios, los medios y los fines por do caminar “.

Durante aquella época, Madrid era el centro del imperio español, donde “no se ponía el Sol”. Era una ciudad afloraban las nuevas modas que fácilmente llegaban hasta otras provincias. 


El primer registro del Juego de la Oca 

La corte española no dudo en popularizar el Juego de la Oca, sustituyendo al Ajedrez como entretenimiento favorito de la nobleza europea. Sin embargo, no es sino hasta 1597 cuando el londinense John Wolfe deja constancia escrita de la existencia de este juego.

El 16 de junio de 1597, John Wolfe registra en el Stationer’s Register un juego con el nombre de The newe and most pleasant game of the Goose (El nuevo y muy agradable juego de la Oca). 

 La Worshipful Company of Stationer’s and Newspaper Makers, más conocida como Stationers’ Company, fue una sólida asociación comercial fundada en 1403, creada por el gremio de vendedores de libros, iluminadores y encuadernadores, y que tenía el monopolio de las publicaciones. Esta compañía también poseía, de alguna manera, los derechos de autor de quienes publicaban con ellos, ya que que todas las publicaciones impresas debían anotarse previamente en su registro: el Stationer’s Register.

Cuando registró el juego a su nombre, John Wolfe era uno de los más prestigiosos impresores de su época. 

Lamentablemente, ha quedado ninguna copia de los tableros impresos por John Wolfe. Sin embargo, aún se conserva el registro. Lo interesante es que el nombre de “Nuevo y muy divertido juego” es el mismo nombre que figura en el ejemplar que Francisco I regaló a Felipe II unos treinta años antes. 

Por lo que indica su nombre, el juego fue introducido en la corte inglesa como una nueva forma de entretenimiento que nadie más había publicado con anterioridad.


La comercialización del juego de la Oca

El juego de la Oca fue ganando popularidad poco a poco gracias a la nobleza europea. En los siglos XVIII y XIX, los tableros empezaron cambiar sus ilustraciones. Sus grabados representaban escenas de la vida cotidiana, con una finalidad moralizante, ofreciendo modelos de conducta virtuosa para la sociedad de la época. 

Las primeras versiones comerciales del Juego de la Oca empezaron a aparecer en la década de 1880. Y, desde entonces, este juego se ha convertido en parte importante para entender tanto la historia como la sociedad. 

Hoy en día se conservan tableros donde se ilustran acontecimientos como la Revolución Francesa o la Primera Guerra Mundial, intrigas políticas, enredos amorosos… y hasta las aventuras de personajes como Don Quijote, los viajes de Julio Verne o la vida de Jorge III

Realmente, el diseño del Juego de la Oca es más complejo de lo que muchos piensan. Su origen tiene aún muchos hilos conectados, pero también por desenredar. 


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25 Cosas que no sabías de la historia
Mitos, personajes, inventos y otros datos curiosos.


1 comentario:

  1. Interesante y curiosos los datos (lo del 9 de la Catedral de Santiago nos llamó mucho la atención).

    Un saludo

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