El Mary Celeste está considerado
un buque fantasma. Lo descubrieron navegando a la deriva y sin tripulación a bordo,
a la altura de la isla de Madeira en diciembre de 1872, en pleno Océano
Atlántico.
Fue un bergantín de 31 metros de
eslora y 282 toneladas de peso, construido en 1861 en la Isla Spencer en Nueva Escocia (Canadá), y bautizado con el nombre de
Amazon .
Sin duda fue una embarcación
digna de leyenda debido a su historial. El que debía ser su primer capitán no
llegó tripular el barco, ya que murió ahogado. El capitán que le reemplazó murió durante el
viaje inaugural. Tras algunos años sin contratiempos, en 1867 quedó varado en la
bahía de Glace (Nueva Escocia), a causa de una fuerte tormenta. El Amazon fue
rescatado y comprado por un estadounidense que realizó modificaciones
importantes, rebautizándolo como Mary
Celeste en 1869.
Alrededor del 5 de diciembre de
1872 desaparece la tripulación del Mary Celeste, dando origen a uno de los misterios
marítimos más conocidos a día de hoy.
El 5 de noviembre de 1872, el capitán Benjamín S. Briggs hizo zarpar el Mary Celeste desde el puerto de Nueva York.
En la embarcación se encontraban el
capitán, su mujer, su hija de dos años y
los siete hombres que formaban la tripulación. Transportaban unos 1.700
barriles de alcohol industrial hasta Génova (Italia).
Un mes después, la tripulación
del Dei Gratia, que navegaba desde Nueva York hasta Gibraltar, avistó el Mary
Celeste próximo a las Azores. El capitán de este barco, David Reed Morehouse, inmediatamente
se percató de que no había nadie en cubierta así que ordenó a algunos de sus
hombres que subieran al Mary Celeste, para comprobar si estaba todo bien. Al
llegar al barco, no encontraron a nadie a bordo; la ropa y los objetos
personales estaban ordenados en los cajones, no encontraron el bote salvavidas,
ni el sextante, ni la bitácora. La última anotación en el diario de navegación era
del día 24 de noviembre, pero no señalaba circunstancia alguna de gravedad.
Tras la inspección, la tripulación
del Dei Gratia decidió llevó el bergantín hasta Gibraltar, para examinarlo más
detenidamente y tratar de encontrar una respuesta a lo sucedido. Morehouse recibió
una recompensa de unas 8.000 libras esterlinas por el rescate del Mary Celeste,
de acuerdo con las leyes marinas internacionales, que establecen que quien
recupere un barco abandonado tiene derecho a cobrar un porcentaje del valor
total de ese barco y de su cargamento.
Todos los objetos de valor
seguían en el barco, así que se descartó la posibilidad de un ataque pirata.
Muchas son las teorías acerca de lo que puedo haber sucedido, cada cual más
estrafalaria: se dice que el capitán habría abandonado la nave por el temor a que
explotara el alcohol que trasportaban, otra versión cuenta que la tripulación
pudo asesinar al capitán y a su familia, huyendo después de la justicia; y la
teoría más fantasiosa es la que asegura que un monstruo marino se tragó toda la
gente que iba a bordo. Lo cierto es que jamás se llegó a aclarar lo ocurrido.
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