jueves, 16 de abril de 2015

Índex Librorum Prohibitorum: Los libros prohibidos por la Iglesia católica




El Index librorum prohibitorum (Índice de libros prohibidos), era una lista de libros que la Iglesia católica catalogó como perjudiciales para la fe. En un principio se prohibía toda obra escrita por Martín Lutero, y las que mostraran semejanza a ellas. También incluía una lista de tipógrafos o impresores a los que creían preciso vetar por haber reproducido obras prohibidas.

El Índex fue promulgado por primera vez el 24 de marzo de 1564, por el papa Pío IV y a petición del Concilio de Trento. Llegó a superar las cuarenta ediciones, siendo la última edición la de 1948. Con anterioridad, el papa Paulo IV había promulgado el Index librorum prohibitorum de la Inquisición romana. El de 1564 abarcaba a toda la Cristiandad católica.

El índice incluía obras completas de autores, capítulos concretos e incluso obras anónimas. Se diferenciaban tres listas:

· Todas las obras y escritos de un autor prohibido.
· Libros específicos de un autor prohibido, sin prohibir el resto de su obra.
· Escritos o fragmentos específicos de un autor.

Entre los autores cuyas obras se prohibieron en su totalidad encontramos a: Martín Lutero, Juan Calvino, Erasmo de Rotterdam, Enrique VIII, René Descartes, Thomas Hobbes, Montesquieu o Jean-Paul Sartre, entre muchos más. Resulta bastante paradójico que autores como Schopenhauer, Marx o Nietzsche, ateos y críticos con la Iglesia Católica, no figuraran en el Index, y esto es porque se creía obvio su veto y, por lo tanto, innecesario incluirles en la lista.

Algunas de las obras destacadas que fueron prohibidas (sin llegar a vetar el resto de la obra del autor) son: Los miserables y Nuestra Señora de París, de Victor Hugo; el Gran Diccionario Universal de Pierre Athanase Larousse (hoy conocida como Enciclopedia Larousse), algunas obras del Marqués de Sade y varias de Alexandre Dumas. Como obra anónima prohibida, es preciso mencionar El Lazarillo de Tormes.

Miguel de Cervantes tuvo que eliminar, de su obra Don Quijote de la Mancha, el siguiente fragmento del capítulo XXXVI de la ‘Segunda parte’:

…las obras de caridad que se hacen tibia y flojamente no tienen mérito ni valen nada.

El 8 de febrero de 1966, tras el Concilio Vaticano II, el papa Pablo VI suprimió el Index librorum prohibitorum. De todos modos, puede resultar pecaminoso para los católicos leer libros que atenten contra su fe.

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