sábado, 15 de mayo de 2021

Agnes Waterhouse │ La primera mujer ejecutada por brujería en Inglaterra

 


Las brujas siempre han sido una de las figuras más descritas, temidas y recurridas de nuestra historia. En sus relatos se las relaciona con las artes oscuras y toda clase de desgracias a su alrededor. 

En la vida real, por mucho que ahora nos cueste entender, también ha sido así. Y es que, tal y como dice el refrán, la realidad siempre supera a la ficción.

Agnes Waterhouse tiene por desgracia el título de ser la primera mujer ejecutada por brujería en Inglaterra. Para poder conocer su triste y surrealista historia tendremos que retroceder al siglo XVI y tratar de ponernos en situación, aunque ya te advierto que los argumentos que la condujeron a su muerte son tan absurdos que resultará complejo ponernos en su piel.


Agnes Waterhouse, una mujer acusada de todo y por todos

En aquellos años, la superstición popular era mucho más creíble y determinante que en la actualidad. Si ahora necesitamos pruebas contundentes y se rebate todo, en el siglo XVI bastaba con una sospecha para arruinar la vida de alguien.

Nuestra bruja, apodada también como la Madre Waterhouse, nació en 1503 y residía en la ciudad de Hatfield Peverel, lugar donde también se encontraban las dos acusadas que la acompañaron en este juicio tan peculiar y que también vas a conocer.

Estas dos compañeras de “brujería” eran Elizabeth Francis y Joan Waterhouse que, como ya imaginarás esta última era la propia hija de nuestra protagonista. Por si fuera poco, sus relatos y confesiones contribuyeron a que Agnes terminase, literalmente hablando, perdiendo la cabeza.

No podremos avanzar en la historia si no aparece en escena el elemento común en todos los testimonios y confesiones recogidos en el juicio: el gato de la señora Francis, que posteriormente pasaría a ser propiedad de Agnes.


El gato “Satanás” que condujo a todas a la desgracia

Según se recoge en el juicio, existía un gato que convivía con la señora Elizabeth Francis, que lo había heredado de su abuela, la Madre Eve de Hatfield Peverel. Según Francis, además de haberle transferido sus conocimientos en brujería a la edad de 12 años, el felino de manchas peculiares poseía un espíritu familiar.

Después de haber convivido con el “gato maldito” durante cerca de 15 años, Francis aseguró que éste le había dicho con una voz vacía y tajante que haría lo que fuera por ella a cambio de una gota de sangre.

Elizabeth aceptó su ofrecimiento. Confesó haber asesinado a varias personas, entre ellas a Andrew Byles, un adinerado conocido con el que mantenía una relación. Tras haberse quedado embarazada de él, y éste negarse a contraer matrimonio, optó por quitarle la vida.

El gato Satanás le proporcionó los conocimientos necesarios a Francis para provocar el aborto, incluso recurrió a su supuesto poder cuando más tarde contrajo matrimonio con otro hombre y deseó que éste padeciera cojera y que muriese su hija de apenas 6 meses de vida

Este argumento es el que esgrimió la propia Francis en sus declaraciones, algo que reforzó su culpabilidad y contribuyó inexorablemente a que Agnes también perdiera su defensa, delatándola y dejándola completamente a merced del juicio popular.


Elizabeth Francis intercambió a su gato con Agnes Waterhouse por un pastel

El haber delatado a Agnes Waterhouse permitió que Francis recibiera una condena menor, aunque 3 años más tarde también terminaría siendo ejecutada.

Aseguró haber intercambiado a su gato por un pastel. La nueva propietaria Agnes, debía “ofrecerle su leche y sangre como hacía su dueña original”, la Madre Eve.

Según Waterhouse, admitió haber sacrificado a uno de sus cerdos para comprobar el supuesto poder que tenía el gato y el espíritu familiar que en él habitaba. También afirmó haber matado las aves y vacas de sus vecinos tras una fuerte discusión, pero siempre negó haber empleado la brujería para haber asesinado a nadie

Tan solo recalcó que el espíritu familiar pasó del gato a transformarse en un sapo, aunque otros afirman que fue ella misma la que se transformó en sapo. Imaginemos todos estos testimonios tomados seriamente en un juicio.

El argumento que empleó Elizabeth Francis, destacando también el espíritu maligno de Satanás y demostrando esta supuesta brujería, contribuyó en el desenlace de Agnes.

No sin la ayuda de la todavía desconocida Joan Waterhouse, la hija que también fue juzgada aunque en esta ocasión liberada tiempo después.

Joan Waterhouse, la hija vengativa que utilizó el poder de Satanás, ahora encarnado en un sapo

Su testimonio narraba cómo aprovechó un viaje de su madre para “ejercitar” a Satanás con el propósito de ver qué podía conseguir. El objetivo fue la hija de su vecina, Agnes Brown, la cual había negado alimento a Joan. 

Invocando la ayuda de Satanás, Joan testificó que el propio sapo le concedió su deseo de venganza a cambio de entregarle su alma. A lo que aceptó.

El sapo se transformó en un perro con cuernos, según relató la propia Agnes Brown de tan solo 12 años de edad. Tenía similitudes al rostro de un mono, pero contaba con una cola pequeña y una cadena alrededor de su cuello. Lo describió como el demonio.

Tras un intercambio de palabras y amenazas por parte del perro endemoniado, Agnes Brown le preguntó que quién era su “dama” a lo que el perro giró la cabeza y señaló la casa de su vecina, Agnes Waterhouse.  

Existen diferentes versiones sobre el relato de Joan, ya que en algunas fuentes se asegura que ella no empleó al espíritu familiar para vengarse en ningún momento, mientras que en otras aseguran todo lo contrario.


Un juicio que ya comenzó señalando a Agnes Waterhouse por actos de brujería

El procedimiento se llevó a cabo en 1566 en Essex, concretamente en la ciudad de Chelmsford. En él se acusaba a Agnes por haber provocado la enfermedad y posterior muerte de William Fynne.

Además, en la acusación se incluían cargos por recurrir a la brujería para causar enfermedades en la población así como provocar la muerte de ganado y la de su propio marido. Era la forma habitual para culpar a alguien sobre la desgracia del vecino, señalando con el dedo y levantando toda clase de sospechas.

Los testimonios que ya conocemos, tanto de su hija como de Elizabeth Francis, coincidieron en la presunta posesión de un espíritu maldito que se iba encarnando en diferentes animales. Lo que en aquella época se traducía directamente en brujería.

Dos días más tarde de la condena en firme y la conclusión del juicio, Agnes Waterhouse sería conducida a la horca donde, momentos previos a su muerte, mostraría arrepentimiento y suplicaría el perdón de Dios.

La población respiraría tranquila al comprobar cómo la justicia, empleando todos sus recursos y lógica, había conseguido detener el mal en persona. Atrapando y ajusticiando a las mujeres que actuaban según los principios de la magia negra. La brujería se volvería en el principal objeto de denuncia.


Este suceso sentó las bases de lo que posteriormente se convertiría en una caza de brujas

Si bien es cierto que en las películas se pone más énfasis en lo visual que en destacar la verdadera realidad de la época, el juicio contra Agnes Waterhouse supuso un antes y un después en Inglaterra.

De aquí surgieron infinidad de panfletos y movimientos que motivaron a la población a sospechar incluso de sus propios familiares. 

Cualquier acto inusual se consideraba brujería, permitiendo que cualquier mujer pudiera acabar ahorcada o quemada. 

Los testimonios que se recogen de aquellos años solo reflejan una parte de la historia, porque como en todas las sentencias y acusaciones, por populosas que fueran, había argumentos tan surrealistas como el que acabas de conocer con la señora Waterhouse. 

Y sin embargo, terminaban en condena y arrepintiéndose de algo que no habían hecho. Pero nos encontramos en pleno siglo XVI y por fortuna, en acabar esta lectura volveremos rápidamente al siglo XXI.


La brujería supuso un grave problema en la Inglaterra de Enrique VIII

Aunque la iglesia inglesa de aquella época era anglicana, la brujería estaba completamente prohibida, como en España.

Para el Rey Enrique VIII fue un tema de vital importancia, ya que la población se encontraba completamente sumida en el terror que llegaba de relatos e historias sin fundamento ni un ápice de veracidad, pero poderosamente aterradoras.

Ana Bolena fue decapitada en 1536 por adulterio y traición al rey, aunque no profundizaremos en ello, posteriormente fue declarada mártir al demostrarse su total inocencia. Sin embargo, en aquella época el motivo de que la decapitasen también estaba plagado de sospechas por brujería.

Con cualquier otra historia, dejaríamos para el final como dato curioso que años más tarde, en 1579 se publicaría un panfleto donde se demostraba que Agnes Waterhouse y Elizabeth Francis eran hermanas

Sin embargo, la historia al completo merece, como poco, calificarla de curiosa e inusual. Aunque no nos olvidemos de que Agnes Waterhouse fue la primera mujer acusada por brujería, tristemente le seguirían miles durante los años posteriores.

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https://delaquelarre.wordpress.com/2019/12/12/quien-fue-agnes-waterhouse/

https://es.wikipedia.org/wiki/Agnes_Waterhouse


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