martes, 24 de marzo de 2015

Isaac Newton y la Piedra Filosofal


Isaac Newton nació  el 4 de enero de 1643, en Woolsthorpe-by-Colsterworth, Reino Unido. Murió el 31 de marzo de 1727, en Kensington, Londres. Fue un físico, filósofo, teólogo, inventor, alquimista y matemático inglés, conocido, entre otras cosas, por la ley de la gravitación universal y el establecimiento de las bases de la mecánica clásica mediante las leyes que llevan su nombre. Pero lo que la mayoría de la gente desconoce es que Newton fue un alquimista.

¿Qué es la alquimia?

Según la RAE: “Conjunto de especulaciones y experiencias, generalmente de carácter esotérico, relativas a las transmutaciones de la materia, que influyó en el origen de la ciencia química. Tuvo como fines principales la búsqueda de la piedra filosofal y de la panacea universal”.

La alquimia siempre ha estado relacionada con el hermetismo, sistema filosófico y espiritual que tiene sus raíces en Hermes Trimegisto, una dios  grecoegipcio y legendario alquimista. Su idea más destacada es la que nos ha llegado a través del cine, los libros y la TV: la búsqueda de la piedra filosofal. La piedra filosofal es una sustancia alquímica capaz de convertir los metales bases, tales como el plomo, en oro o plata. Además, se suponía que podía ser utilizada como elixir de la vida, para conseguir rejuvenecerse o lograr la inmortalidad.


Newton el alquimista

La faceta alquimista de Newton es algo que no se supo hasta mucho tiempo más tarde ya que, en aquella época, la alquimia era totalmente  ilegal. Por tal motivo, Newton utilizó un seudónimo para firmar sus trabajos. Lo haría como Jeova Sanctus Unus, que es un anagrama del nombre latinizado de Isaac Newton, Isaacus Neuutonus - Ieova Sanctus Unus.  Se cree que Newton escribió más de un millón doscientas mil palabras de materia alquimista, en unas 2500 páginas. Un total de 169 libros, entre los que destacan: Theatrum Chemicum, The Vegetation of Metals, Index Chemicus, De Natura Acidorum, Ripley Expounded, Tabula Smaragdina y Praxis (el más importante). Escribió mucho más sobre alquimia que sobre Física. Tenía varios libros de cabecera relacionados con la alquimia; El libro Secreto de Arthefio, la obra de Nicolás Flamel (dedicada a la búsqueda de la piedra filosofal) y el Theatrum Chemicum, que era uno de las primeras obras alquímicas.

En un escrito suyo aparece una fórmula para obtener la piedra filosofal, objetivo principal de todo alquimista. Sin embargo, el uso de un lenguaje alegórico y hermético propio de los alquimistas, hace que estos textos sean complicados de entender. Newton escribe: “La acción mediadora de las palomas de Diana que se manifiesta cuando se mezcla mercurio con el hermano de éste, el oro filosófico del que recibirá la simiente espiritual…” (Las palomas de Diana hacen referencia a la plata). También utiliza alegorías alquímicas como “el león verde” para referirse al antimonio, o “el águila de Júpiter” en relación al mercurio sublimado. Expresiones como “He hecho volar a Júpiter sobre su águila”, estaban basadas en que, al igual que el águila devora a otras aves, el mercurio destruye al oro.

León verde dibujado por Newton

Durante un tiempo, Newton sufrió una crisis de funcionamiento nervioso, o una supuesta psicosis. Sus síntomas fueron: temblor, insomnio severo, delirios de persecución, ideas paranoides, problemas con la memoria, confusión mental, y retirada o deterioro de las amistades personales. El problema fue debido a un envenenamiento por mercurio, cuyos vapores habría inhalado en sus experimentos de laboratorio. En la exhumación de su cadáver se analizó su cabello, encontrando niveles de cuatro veces el plomo, arsénico y antimonio, y quince veces el mercurio normal en una persona.


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